lunes, 7 de junio de 2010

Un debate para una huelga, o para dos, o para ninguna

El compañero Pedro Laosa ha redactado un interesante texto, el cual se puede leer a continuación, sobre la conveniencia o no de la huelga convocada para el día 8 de junio. Confiando en que el debate se anime, aunque sea ya un poco a destiempo, animamos a usar los comentarios para opinar sobre el texto de Pedro, o en general sobre la Huelga. Aquí va el texto:

Yo no secundare el paro del día 8.
Supongo que después de las argumentaciones, que a continuación desgranare, algunos…muchos…no sé, querrán sin duda ofrecerme una contestación, reproche o contra argumentación y otros, los más levantiscos, regalarme adjetivos de todo pelaje. Pero hacer uso de la libertad, es lo que tiene, sobre todo en nuestra cultura, en nuestro país, sin embargo, es algo a lo que nunca renunciare, hace ya tiempo que decidí no dejar que otros pensaran por mí…… Esta será la primera vez en 25 años como trabajador de este Ayuntamiento, que no participare en una acción sindical de esta envergadura. El criterio es, a mi entender, sencillo y claro de entender, en primer lugar, la justificación sindical del paro, en segundo lugar, contra quien se dirige y como tercero, como se ha diseñado las acciones y la estrategia.
La argumentación de las secciones sindicales mayoritarias, está basada fundamentalmente en la utilización de los trabajadores públicos como puntas de lanza y elementos de testeo del potencial respaldo a las decisiones y estrategias próximas marcadas desde sus respectivas cúpulas sindicales, demostrando la poca convicción en las mismas, su poca utilidad y la previsible escasa participación.
Este hecho, no es extraño, pues, es la primera convocatoria de cierta entidad que plantean desde que la crisis empezó a azotar a la ciudadanía. Cuatro millones de parados no fue causa suficiente para pedir responsabilidades y movilizar con la misma intensidad a los trabajadores…ahora, sin embargo, se nos incita, como damnificados únicos y aislados, a salir a la calle, abanderando la causa más justa ante la población. Una población agotada, descreída, maltratada y abandonada a su suerte, pero parece ser, de poco interés para las líneas estratégicas de la acción sindical.
En cuanto a esa misma falta de sensibilidad, no debemos de olvidar, por justo, el empeño más allá de lo justificable de los sindicatos mayoritarios, en la creación del fondo de pensiones privado, que por el articulo 33 debíamos contratar todos los trabajadores, bajo la amenaza de perder nuestro dinero si no lo hacíamos…un claro chantaje llamado graciosamente “salario diferido”…….Fue en su momento, un grave atentado al futuro del sistema público de pensiones, y de aquellas lluvias, estos lodos (Algunos/as ya lo advertimos).Se forzó a toda la plantilla a ser cómplices de la especulación financiera, depositando todo nuestro dinero en una entidad bancaria privada, a sabiendas que aceleraría el debilitamiento del sistema público de pensiones y potenciaría los planes privados, asegurando de ese modo un futuro estremecedor las futuras generaciones de pensionistas……ahora se dan cuenta, y articulan discursos balbuceantes. Es una realidad, que nuestro plan de pensiones, también ha formado parte de ese gran volumen de dinero que ha estado encima del tapete del casino de los grandes especuladores………….Miopía o connivencia????
Los empleados de las administraciones, somos, ante todo, ciudadanos y servidores públicos, por lo que deberíamos establecer complicidades con la población, y más aun, con los más afectados por esta criminal crisis, hay que informar a la población de quienes somos, que es lo que hacemos, qué utilidad tiene nuestro trabajo, que los ciudadanos sepan quienes son empleados públicos y quienes tiene estatus de cargo público, nuestra remuneración y nuestra implicación en el desarrollo y progreso del conjunto de la sociedad.
No es una agresión sectorial, es un error parcializar y segmentar las presiones sindicales, ahora los empleados públicos, ahora los pensionistas, después las familias con bebes, posteriormente el desmantelamiento de la sanidad, mañana la reforma laboral y así un interminable encadenamiento de “llamados, eufemísticamente, ajustes”, hitos que forman parte de una misma idea, de un solo cuerpo estratégico, blindar el sistema financiero a costa de los ciudadanos y debilitar el sistema democrático.
Ellos provocaron la crisis,…… fondo monetario internacional, banco central europeo, especuladores financieros,…. El sistema capitalista toca fondo….Se hablaba de una posible reforma, de un nuevo modelo capitalista mas controlado por los estados………pero, los gobiernos refinanciaron y reflotaron los bancos con fondos públicos……..El sistema se rearma y sin pagar como delincuentes por ello, ni redefinir un modelo claramente agotado, deciden estrujar y calcinar a los gobiernos democráticamente elegidos, llevando a la población al borde del caos.

Es una gravísima agresión, una contundente acometida a la línea de flotación del sistema democrático, es un atentado a la soberanía del pueblo, y un golpe injustificado a la población. Se ha cercenando de forma irreparable el presente y el futuro de muchos cientos de familias, ….Pero hay que “calmar a los mercados”……….Eso sí, con sacrificios humanos.
Nadie duda de la necesidad de una contestación contundente y en la misma medida de la agresión, pero para ello, una huelga de un día, parece más un amago de obligado cumplimiento por las especiales circunstancias, que una medida eficaz capaz de generar una presión adecuada a la de magnitud del desatino. En ese contexto, la reflexión más coherente seria la que lleva a la convocatoria de una huelga general con la complicidad de los todos los sectores y agentes sociales, esto es, con la ciudadanía, seria la forma más eficiente, con capacidad real de incidir en las medidas que desde los poderes se están aplicando.
No existe la menor duda de quienes son los responsables y cómplices de este despropósito, sin embargo, y aun siendo así, es fundamental no perder de vista a los auténticos causantes de esta situación.
Juan Torres López – Perteneciente al Consejo Científico de ATTAC España, realiza unas importantes reflexiones;
No es solo la economía, es la democracia.
Muchos critican algunas medidas que reclama Mariano Rajoy para reducir el gasto público, como reducir la subvención a los sindicatos, los gastos electorales o ministerios, porque son “el chocolate del loro”.
Pero son mucho más que eso. No las propone porque crea que de esa manera se va a reducir sustancialmente el déficit. Lo hace como parte de una estrategia bien calculada de debilitar la acción pública y todo aquello que refuerza la capacidad de respuesta y defensa de los trabajadores y de la ciudadanía en general.
Por eso centran también la reforma laboral en el debilitamiento de la negociación colectiva.
Ni siquiera buscan más beneficios, que podrían obtenerlos con más actividad y con mayor empleo, sino más poder.
Por eso lo que verdaderamente está en juego con la respuesta que los especuladores están logrando imponer a la crisis que ellos mismos han provocado es la democracia y la posibilidad de que los poderes representativos se enfrenten con garantías a los del mercado.
Los grandes financieros y los poderes económicos han conseguido vencer a los gobiernos y están logrando que éstos no solo no adopten ni una sola de las medidas reformadoras que habían previsto sino que, además, lleven a cabo programas de ajuste que, si no se frenan, van a suponer una nueva derrota histórica de las clases trabajadoras.
El procedimiento ha sido sibilino, casi diabólico. Los gobiernos tuvieron que dedicar billones de euros a salvar a los bancos para evitar que su quiebra hiciera saltar por los aires el sistema financiero internacional y a programas de apoyo a la actividad para que las economías no colapsaran. El resultado inevitable fue, o un incremento ingente de la creación de dinero en Estados Unidos y Reino Unido, o de la deuda pública.
Pero años atrás los bancos privados lograron establecer el criterio de que los bancos centrales no pueden financiar a los gobiernos. Era la manera de garantizarse para ellos el gran negocio de la deuda pública cuando se produjera y al mismo lograr que ésta fuera sustituida paulatinamente por la privada, mucho menos controlada y más rentable para la banca.
Así, cuando los gobiernos han incurrido en déficit para hacer frente a la crisis que los bancos provocaron resultaba que eran esos mismos bancos quienes podían financiarlos para que dispusieran de recursos suficientes.
Se ha generado un negocio redondo en lo financiero y en lo político.
Por un lado, los bancos privados han estado recibiendo dinero barato, al 1% más o menos, de los bancos centrales con el objetivo de que pudieran volver a financiar enseguida a las empresas y familias. Pero en lugar de ello, los bancos dedican ese dinero a suscribir la deuda de los gobiernos que se emite al 4 o 5% o a seguir especulando.
Y no solo eso. Buscando siempre ganar mucho más, los bancos y los grandes fondos especulativos enseguida comenzaron a manifestar que algunos gobiernos (contra los que se disponían a tomar posiciones especulativas) no iban a poder pagar la deuda, o incluso a lanzar rumores sin fundamento simplemente para hacer creer que su situación era mucho peor que la real. Y así obligaban a que subiera el interés al que los gobiernos debían emitir la deuda, alcanzado a veces, como en el caso griego, incluso el 10%.
De esa forma los bancos están obteniendo beneficios multimillonarios, pero no solo eso.
Puesto que ahora disponen de una situación de privilegio frente a los gobiernos, porque éstos deben recurrir necesariamente a ellos para obtener recursos, les pueden imponer condiciones políticas draconianas.
Ese es el origen de los planes de ajuste que los gobiernos que han cedido a estos chantajes están aplicando y que van buscando, sobre todo, disminuir la capacidad de respuesta de los trabajadores.
Si de verdad se quisiera dinamizar la actividad económica y el empleo no se frenaría la demanda, ni se permitiría que el dinero de los bancos vaya a otro sitio que no sean las empresas y familias. Si verdaderamente se quisiera crear condiciones para cobrar la deuda en el futuro no se debilitaría la capacidad potencial de crecimiento de las economías.
De hecho, si no fuera porque en realidad es dramático se podría calificar de cómico el modo de actuar de las agencias de rating que se usan para llevar a cabo esta extorsión a los gobiernos. Primero dicen que van a bajar la calificación si éstos no aplican el ajuste porque entonces “los mercados” no confiarán en su deuda pública y deberán emitirla más cara. Pero cuando aplican el ajuste, las mismas agencias, como ha pasado en España con Fitch, rebajan la calificación porque dicen que se reduje la expectativa de crecimiento…. ¡como consecuencia de la aplicación del ajuste!
Lo que hay detrás de todo ello está bastante claro por mucho que quieran disimularlo. Los bancos y los grandes especuladores no quieren que se cambie ni una coma de las condiciones de plena libertad en las que actúan en los mercados internacionales. Lo de imponer algún impuesto en algún lugar concreto es lo de menos. Lo importante es la libertad de movimientos y eso es lo que quieren mantener.
Pero saben perfectamente que en esas condiciones las crisis se van a hacer cada vez más reiteradas y fuertes y por eso tratan de evitar que haya vías de respuesta social. Lo que les podría incomodar en el futuro es que haya poderes representativos a través de los que la ciudadanía pudiera hacer frente y responder a lo que está por venir y que no es otra cosa que un continuo desorden financiero y una pérdida de estabilidad y de bienestar.
No nos engañemos. No hay razones de fondo, ni científicas ni siquiera para aumentar los beneficios empresariales que justifiquen la reducción del gasto público (que en su gran mayoría y directa o indirectamente termina yendo a las cuentas de las empresas), la reforma laboral que se prepara, la privatización de servicios o de las pensiones. Solo se busca privilegiar la capacidad de acción de las grandes empresas y de los financieros. Buscan ganar más, como siempre, pero ahora necesitan hacerlo sin trabas políticas porque para incrementar sus beneficios van a tener que hacer cada vez más barbaridades y destrozar de modo más evidente la economía, el medio ambiente y la justicia social.
Lo que está en juego, pues, no es solo una cuestión salarial, ni un tijeretazo más o menos grandes a los gastos de Estado. Lo que peligra es la democracia y la libertad.
Artículo publicado en Tribuna Digital.
www.juantorreslopez.com
Por ello, y después de estas reflexiones, no se puede estar indiferente, hay que tomar postura , pero es necesario determinar bien los objetivos, apuntar con destreza y graduar la intensidad necesaria para cada uno de protagonistas (causantes unos y cómplices y a la vez rehenes los otros) y en cada una de las acciones de protesta y enfrentamiento que sin duda sé irán produciendo.
Por todo lo anteriormente reseñado;
No estimo de utilidad un simbólico paro de un día, y abogo por una huelga general en toda regla.
Creo erróneo la parcializacion de las acciones, en lugar de convocarlas con toda la ciudadanía y en especial con los sectores más afectados.
Faltan en los titulares de convocatoria de la huelga, referencias claras y concretas de los verdaderos causantes de la situación y las posibles acciones a tomar contra ellos.
Echo en falta una batería de propuestas de los sindicatos, ...Anulación inmediata del plan colectivo de pensiones privado, propuesta a la corporación de la disminución del gasto en partidas procedentes de: cargos de confianza, subvención a los partidos políticos locales, asistencia a comisiones y plenos de los cargos públicos,...etc.
Un saludo a todos/as,Pedro Laosa Serrano.
Otro mundo es posible, urgente y necesario.
P.D.- Siguiendo las razonables indicaciones del compañero Luis Andrés, y como no está en mi ánimo el boicotear las acciones, intentare colaborar con nuestro sindicato en la preparación de las mismas.