Especialmente cuando desde el mismísimo Congreso de los Diputados se encargan de hacerles todo el trabajo sucio. El último paquete de medidas aprobadas contiene, entre otras tanto o más graves, la eliminación por decreto de la Negociación Colectiva en todo el ámbito del Sector Público.
El trabajo sucio ha sido bastante completo: por un lado, se recortan los principales aspectos a negociar (salarios, jornada, movilidad, complementos de bajas, días libres, y un largo etcétera), y por otro, se establece la capacidad unilateral de las Administraciones Públicas para suspender la aplicación de los convenios colectivos, arrasando todos los pactos anteriores existentes.