viernes, 13 de septiembre de 2013

Madrid 2020 y el precio de la entrada

Jacobo Rivero

Cuentan que durante la posguerra, algunos avispados madrileños se parapetaban en los soportales de la Plaza Mayor a la espera de que llegaran autobuses de fuera de Madrid. Aprovechando el desconcierto de los recién llegados (muchos provenientes de pueblos que venían a la ciudad buscando un porvenir mejor), pedían a los infelices forasteros que pagasen su “entrada” en la capital. Algún despistado caía y apoquinaba como si se tratase del ticket para el cine o el teatro. Eran los tiempos del timo de la estampita, los carteristas de la línea 27 o los trileros moviendo el garbanzo a la caza de algún pringao en Atocha. Consecuencia, entonces, de combinar hambre e ingenio para sacar cuatro perras.